lunes, 20 de mayo de 2013

Un domingo cualquiera



Pulgada a pulgada, metro a metro se van conquistando los objetivos de la vida, las cosas que valen la pena se tienen que conseguir, se tienen que luchar, y sólo así se puede llegar a las cotas más altas.

Este buen hombre se levantó un domingo cualquiera y tras un fuerte desayuno (probablemente con extra de huevos) le dijo a su mujer que iba a dar una vuelta, a ventilarse, pero hay veces que es imposible descansar, desconectar en nuestra ciudad, así que allí lo tenemos. Empezó en el suelo rodeado de gente que paseaba, alzó la vista y vió que allí estaba su lugar, así que sin dudarlo, escaló y escaló para dejar en este edificio su huella.

Podemos salir del infierno pulgada a pulgada


Carlos Duart

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